Texto: María Llanos
Esta conversación se enmarca en la evaluación participativa que La Bolina está desarrollando. Basada en la Investigación-acción Participativa, combina dos procesos, reflexionar y actuar, implicando en ambos a la población afectada. La IAP permite comprender mejor la realidad y planificar acciones para transformarla.
Con esta evaluación pretendemos extraer aprendizajes tanto para La Bolina, como actores locales y otros proyectos similares y diseminar y sensibilizar a la población general y administración pública sobre las problemáticas que enfrentan proyectos integrales como el nuestro donde abordamos repoblación rural, integración y agroecología.
Este focus group concretamente se cita para reflexionar sobre las estrategias de La Bolina en relación a la difusión y la formación en valores y principios relacionados con la migración, la inclusión, la necesidad de un cambio de modelo de consumo y producción de alimentos y la repoblación rural. Actividades como el teatro social y foro, los programas de voluntariado, las formaciones, actividades y talleres son el foco de nuestra conversación.
Las personas que participan de esta conversación son Gerson, persona migrada que participó en los talleres de teatro Foro, Paula y Elena participaron de estos talleres y de anteriores de teatro social, David, estuvo de voluntario con nosotras en el verano de 2019. Regi trabajó durante dos años con nosotras, Ana es parte del equipo de comunicación de La Bolina, y Filipa realizó un documental sobre consumo y producción responsable en el que participamos.
Comenzamos reflexionando sobre cómo las actividades en las que participaron, tuvieron un impacto en ellas o ellos.
Paula comienza compartiendo su experiencia en el Teatro Foro, una herramienta que ya conocía gracias a sus estudios de Trabajo social, pero que vivirla desde la participación y en el marco de diversidad propuesto por La Bolina,le supuso un cambio a nivel personal.
”No solo fue potente a nivel de conseguir una integración, una concienciación sino a nivel personal, las relaciones personales y de amistad que surgieron, y cómo nos encontramos personas que estamos en diferentes mundos pero que vivimos en la misma ciudad y que sin este taller, quizá nunca hubiéramos coincidido”.
Cuando Ana contribuye hace referencia a la importancia de acercarnos a las historias de otras personas “Lo que más me ha impactado es conocer al equipo y sus realidades”.
Así mismo Elena comparte su reflexión después de participar no solo en varias actividades relacionadas con el teatro sino también en “un festival que me permitió tener mucha convivencia con personas de La Bolina, no sé cómo lo valora el resto pero para mi esa experiencia es muy importante”.
Las actividades de La Bolina, ya sea el teatro, el trabajo en la huerta, la misma configuración de la asociación se basa en la multiculturalidad, en acercarnos a realidades, procedencias, lenguas, historias diferentes y poner eso en valor. Un ambiente multicultural donde se encuentran mundos que de otra manera caminan en paralelo. Esta diversidad en la participación ha sido pensada y premeditada, pues la manera de construir una realidad en la que quepamos todxs, es acercando esos mundos y dejándonos entrar, comprender y empatizar desde la igualdad y dignidad. Evitando discursos buenistas y paternalistas por un lado, y por otro caer en los prejuicios, en los imaginarios que nos venden los medios y los discursos de miedo y odio que, lamentablemente, se prodigan hoy desde la política a la sociedad. Aprendemos, cambiamos, transformamos gracias a la experiencia personal que tenemos con el otrx.
El teatro además nos ofrece otros caminos a través de los cuales compartir y otras formas de escuchar. Elena comenta que “el teatro te permite un vocabulario muy horizontal y abierto que en otros espacios de vida cotidiana no se da, en ese espacio se entablan conversaciones profundas, el teatro usa un lenguaje muy diferente al que estamos acostumbrados, un lenguaje muy visual y muy directo”.
El poder del lenguaje del cuerpo ha sido menospreciado por una sociedad enfocada exclusivamente en el juicio y la razón, limitada a comprender desde la inteligencia intelectual. El lenguaje del cuerpo es sin embargo más libre, sentimental, directo, empático, tanto para la que escucha como para la que comparte, puede ser una experiencia transformadora.
Gerson sonríe en la otra esquina de la pantalla y complementa “hacer teatro del oprimido con migración fue transformador para mi. Yo estaba recién llegado a España, viviendo esa situación de cambio de un país a otro. La actividad me ayudó a explorar y aceptar mi proceso. Las personas que migramos venimos con ese duelo migratorio, el teatro me ayudó en ese proceso, y también me ayudó poder conectar con personas de aquí de España, para generar redes y también para combatir el desconocimiento que siento que muchas personas tienen con respecto a nosotrxs, lxs migrantes”.
Gerson continúa describiendo el impacto que el teatro tuvo en su proceso, pues no solo le ayudó a sanar, procesar y transformar su duelo migratorio sino que la propia experiencia de compartir, de contar y ser visto por otrxs es empoderante en sí misma “Las herramientas y el trabajo que realizamos en el teatro foro me permite también no tolerar la opresión de otrxs, yo tengo derecho a buscar otros territorios, todos somos seres humanos iguales y tenemos los mismos derechos”.
David comparte su experiencia como voluntario haciendo referencia una vez más al impacto de esa mezcla de mundos. “Para mi la cosa más impactante es ver a los chicos en el bar de la plaza del pueblo con los paisanos de 80 años”.
David resalta también la importancia de la experiencia directa como elemento transformador de su tiempo en La Bolina. Un común denominador del trabajo de sensibilización y aprendizaje en La Bolina es facilitar una experiencia a través de la cual la persona pueda acceder a sus inteligencias, corazón, instinto, emoción, razón y de sus reflexiones extraer conclusiones, ideas y opiniones formadas personalmente.
“La gracia de La Bolina es estar aquí, es coger un tomate, ir a Granada a entregar cestas, ver el paisaje que es precioso, convivir con los chicos de Gambia, de marruecos”.
Escuchamos a David mencionar algunas de las actividades que realiza La Bolina, agricultura, cestas ecológicas, teatro, festivales, voluntariado… Y nos preguntamos
¿Ha abarcado demasiado La Bolina? ¿Cómo ha podido afectar esto al impacto?
La respuesta es contundente.
David justifica “si los problemas y las vulnerabilidades están relacionadas también deberían estarlo las soluciones. Si es cierto que sostener iniciativas sistémicas implica mucho trabajo muy diverso, pero se pueden formar redes y trabajar en coordinación con asociaciones que tienen experiencia en diferentes ámbitos”.
Filipa comenta en la misma línea sobre la importancia del trabajo en colaboración “Aliándose con proyectos, europeos y otros, podéis ampliar vuestra voz a través de estas redes, esto puede mejorar vuestro impacto”.
Elena hace hincapié sobre la importancia de ser consciente y abordar diferentes aspectos no solo con el objetivo de realizar una intervención integral y sistémica sino porque “si un proyecto social cojea en sostenibilidad, no me parece completo, hay que ser coherente y abordar diferentes ámbitos”
La Bolina pretende ofrecer un modelo pequeño, integral y local a grandes problemas interrelacionados entre sí como son la migración, tanto de sur a norte como del campo a la ciudad. La producción de alimentos y una actitud explotadora y extractivista hacia el medio ambiente y las personas. Esta integralidad eleva la complejidad y diversidad del proyecto haciéndolo difícil para las personas que lo llevan a cabo. Regina comenta.
“Vivir con tanta complejidad ha sido complicado, sin embargo hoy soy la que soy y hago lo que hago gracias a esta experiencia. Vivir con esta complejidad te impacta a un nivel personal, es un proyecto 360, es difícil compartimentar como si fuera un trabajo, o un solo aspecto de tu vida, se vive muy intenso, y aunque me ha aportado mucho, ha sido duro”.
El trabajo de La Bolina atiende a la creación de medios de vida a través de un emprendimiento rural basado en la venta de cestas ecológicas. Dinamizamos culturalmente y sensibilizamos con talleres, eventos, actividades. Existe un aspecto de vida en común, aunque no en comunidad, de las personas que se asientan en el entorno rural, migrantes, locales y voluntarixs. Esta integración, requiere de la creación de redes de apoyo, redes donde se dan las tareas de cuidado que ejercemos las personas que vivimos en el entorno. Esto nos hace compartir aspectos de la vida que trascienden el ámbito laboral y se vuelve relacional y personal.
Este, por tanto, es un proyecto complejo, integral, personal y experiencial. Es un proyecto que se mezcla en tu vida y se vuelve parte de ella. No es un “proyecto social” al uso, no es algo separado con un claro principio y final, con un horario, no se circunscribe al ámbito profesional y es difícil de encasillar o descomponerlo en partes y simplificar. Es un proyecto complejo que responde a la complejidad de la realidad.
¿Estamos llegando con nuestros mensajes a las personas locales? ¿Qué podríamos hacer para mejorar nuestra conexión con la comunidad local?
Regina comenta “simplemente es estar ahí, hablar con las personas, las relaciones informales, una vez que empiezas a estar presente comienzas a formar parte. Es importante el trabajo que realizamos con las escuelas. Trabajar con lxs niñxs es clave para cambiar los hábitos de lxs madres y padres”.
Para Ana que ahora vive en Dúrcal y trabaja en un proyecto parecido “la acción directa local”, (ya sea a través de pequeñas acciones como conversaciones, participar en fiestas, actividades, charlar, ayudar), “como acciones más grandes, creando talleres, mercados, eventos u otros, son las maneras de ir llegando poco a poco. Es un trabajo lento y difícil de conseguir pues hay mucho que deconstruir”. Pero como dice Ana es un triunfo cuando un vecino te dice que ha probado un ungüento que le recomendaste para su tierra.
Antes de que la conversación llegue a su fin, David nos deja unas últimas palabras, de ánimo para continuar por este buen camino y seguir avanzando “antes no se hablaba de la España vaciada y ahora está en boca de todxs, cada vez más personas compran en ecológico y se combaten mejor los discursos racistas y de odio”. Proyectos pequeños como este y otros muchos, van generando manchitas que se expanden y terminan conquistando el discurso y esperemos el imaginario para que otro mundo sea posible.”
Gerson añade “hay que continuar, La Bolina puede ser un gran vocero de estos proyectos y para que personas migrantes vayan viendo el entorno rural como una posibilidad factible.
Paula nos anima “hay que seguir ahí, que un día, seguro, dais el Pelotazo”.